Durante el embarazo, como
consecuencia de la elevación de los niveles de algunas hormonas, la glándula
mamaria de la mujer se prepara para poder cumplir con una función primordial:
la lactancia materna.
Durante el primer trimestre, ya se
pueden apreciar cambios visibles en las
mamas: aumentan de tamaño, se sienten más pesadas, se intensifica la
pigmentación de la areola y el pezón, se dilatan las venas superficiales y aumentan
de tamaño los Tubérculos de Montgomery, pequeñas protuberancias ubicadas en la
areola que cumplen la función de
lubricación de la zona y liberación de estímulos oloríferos, que desarrollarán
un papel importante en el momento de la instalación de la lactancia.
Posterior al alumbramiento (la
salida de la placenta), aumentan los niveles de prolactina, hormona encargada
de estimular la producción de leche materna. La succión del recién nacido promueve,
a su vez, liberación de oxitocina, otra hormona que desarrolla un papel
fundamental, ya que provoca el desplazamiento de la leche y el vaciamiento de
la mama, favoreciendo así la mayor
producción de leche materna.
Numerosos organizaciones y
organismos internacionales recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los
primeros 6 meses de vida y sostenida hasta los 2 años, por los
múltiples beneficios que conlleva para la madre y el recién nacido, a nivel
físico, emocional y social.
Para el niño, la lactancia materna
ha demostrado disminuir el riesgo y/o la severidad de los casos de diarreas,
otitis, problemas respiratorios,
meningitis, infecciones urinarias, problemas futuros de alergias,
sobrepeso/obesidad, diabetes mellitus,
enfermedad celíaca, además de tener efectos positivos nutricionales, cognitivos
y emocionales. También está comprobado
que los niños amamantados tienen menor probabilidad de muerte súbita.
En la mujer, la lactancia materna
trae aparejada una disminución del riesgo de hemorragias posparto al favorecer
la involución del útero, menor probabilidad de cáncer de mama y ovario y de
fracturas por osteoporosis, favorece la disminución de peso y es un factor
fundamental en la esfera emocional.
Estar informada sobre los numerosos aspectos que involucran la
lactancia materna te ayudará a prepararte y poder afrontar este desafío de una
manera más placentera. Y, en caso de que lo necesites, recuerda que puedes
buscar ayuda a profesionales capacitados en el tema o grupos de apoyo a la
lactancia materna.
Eliana D’Angelo
Medica MP 32569
Esp. en Medicina
Familiar y General
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