martes, 29 de mayo de 2018

Movimientos del bebé: la importancia de su percepción

Desde que la mujer recibe la noticia del embarazo, uno de los momentos que más espera es aquel en el que pueda percibir los movimientos de su bebé.
 Si bien los movimientos fetales se inician alrededor de  la 6ª – 7ª semana de gestación,  la mamá no los identifica hasta la semana 18-22, dependiendo de si han tenido otros embarazos (el útero está más blando y receptivo) y de la contextura física (las mujeres más delgadas suelen percibirlos más tempranamente).
Es la mamá quien tiene el privilegio de  sentirlos inicialmente y suelen reconocerlos como el movimiento de un pez dentro de una pecera y otras lo comparan con la sensación de tener una mariposa revoloteando, mientas que la pareja suele demorar unas semanas más para empezar a identificarlos.
Lo que se percibe al principio es, en realidad, el útero que se mueve a causa de los movimientos del bebé, pero no es el niño en sí. A partir de la semana 20 se pueden empezar a percibir unas sacudidas rítmicas, hipo, debido a que el bebé está aprendiendo a deglutir y, a medida que crece, se identifican claramente pataditas y estiramientos.

Si bien los movimientos fetales no son iguales en todas las futuras mamás, son un importante indicador del bienestar del bebé y su reducción un  síntoma de sufrimiento que puede deberse a diversas causas, asociándose en un porcentaje de 25-30% con complicaciones perinatales.

¿Cuántos movimientos del bebé deben sentirse?
 Existen diversas formas de medir los movimientos y no hay un consenso de cuál es el mejor método ni la mejor definición de disminución de la actividad fetal. En ocasiones se le indica a la mamá contar los movimientos del bebé durante un intervalo de tiempo variable y en otras, medir el tiempo que ha necesitado para notar un número preestablecido de estos movimientos.
Lo importante es que la embarazada esté atenta a los movimientos habituales y a la respuesta a los estímulos que hemos logrado  desarrollar a lo largo del embarazo, y sólo en caso de que sea una indicación médica por una situación particular, llevar a cabo otra forma de conteo más estricta.

A continuación, se detallan alguna de las situaciones ante las cuales se recomienda hacer una consulta médica:
  • No percibir movimientos fetales a partir de las 24 semanas de gestación.
  • Ausencia aguda de movimientos fetales mayor a 2 horas de duración en una mujer que anteriormente los percibía o en caso de que tu médico te haya indicado un recuento más específico de la cantidad de movimientos, menos de 10 movimientos en dos horas. 
  • Percepción subjetiva de la embarazada de una disminución respecto al patrón habitual de movimientos del bebé  que se mantiene por más de 12 horas, sin llegar a esperar más de 24 horas.

Las situaciones mencionadas pretenden ser usadas únicamente como guía, priorizando siempre la percepción subjetiva de la mamá en cuanto a la  reducción significativa de la actividad de su bebé.

Siendo la etapa de los movimientos del bebé algo tan esperando y tan placentero para la mamá y las personas de su entorno, y también un indicador de salud, estate atenta pero siempre disfrutando de sentir a tu hijo moviéndose en tu vientre.



 D’Angelo, Eliana
Esp. En Med. Fliar. y Gral.
MP 32569

lunes, 7 de mayo de 2018

Los papás en el Curso de Preparto: ¿Por qué asistir?


Si hablamos de los hombres, podemos ver que en la actualidad tienen una actitud mucho más activa frente a la paternidad. De hecho, el compromiso y la participación de muchos papás se visualizan desde la gestación.
Este cambio cultural se ve reflejado en los Cursos de Preparto, los cuales dan cuenta de los cambios y las necesidades de los hombres de hoy: acompañar a sus parejas durante el embarazo y el momento del parto y prepararse también para la crianza de sus hijos.
Episiotomía, inducción, lactancia, cuidados del recién nacido y otras cuestiones que las mujeres alguna vez escuchamos o hablamos o hasta vivenciamos, no resultan siempre cotidianas para los hombres. Las clases de preparto se transforman así en espacios donde los papás no sólo acompañan a las mamás (con todos los beneficios que eso conlleva para ella y su bebé) sino que pueden informarse sobre aspectos claves del embarazo, lo que va a acontecer en el parto, los cambios que conlleva el posparto, así como su rol en cada una de estas tres etapas, y donde recibirán orientación sobre las principales pautas de cuidado y crianza del recién nacido.
Asimismo, la experiencia del Curso de Preparto permite a los futuros padres establecer un vínculo más fuerte con su pareja e hijo por nacer y compartir con otros padres que están transitando por la misma etapa, con similares inquietudes y temores.
Recibiendo información, disipando dudas, calmando miedos y ansiedades, el futuro papá irá ganando seguridad y autoconfianza en su rol, adentrándose tempranamente en la paternidad.
Por otro lado, aunque mencionamos al papá, hay que recordar que en el caso de las mamás solas es también recomendable que concurran, si lo desean, acompañadas por la persona de su confianza que vaya a estar con ella en el momento del parto y los primeros días luego de nacido el bebé. El rol de esta persona, será el mismo: el acompañamiento, la contención emocional.
Que el papá asista a las clases preparto es un gesto de responsabilidad y compromiso con la futura mamá y la crianza del niño. También una experiencia única de vinculación con su hijo y de acercamiento a temáticas relacionadas con su gestación, parto y crianza.

 


Lic. Cecilia D’Angelo
Lic. en Psicología
MP 4933



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