El término placenta
proviene del latín, significa “torta plana”, haciendo referencia la apariencia
de este órgano. Comienza a formarse en
el momento de la implantación del embrión en la pared uterina y va creciendo hasta las semanas previas al parto, momento en el que llega a pesar
aproximadamente 500 gramos y alcanzar los 20-25 centímetros de diámetro y 2-3
centímetros de grosor.
Entre las funciones de la placenta se encuentran las siguientes:
- Transmite nutrientes: el nivel de flujo sanguíneo hacia el útero es de unos 500-700 ml por
minuto.
- Suministra oxígeno, funcionando de “pulmón fetal”.
- Elimina los desechos del bebé, los cuales pasan al torrente sanguíneo materno para ser eliminados.
- Produce hormonas, entre ellas, la gonadotropina coriónica humana, fundamental para la evolución del embarazo; también sintetiza hormonas sexuales de tipo femenino, que juegan un papel muy importante durante la gestación.
La placenta se implanta al inicio de la gestación y
una vez posicionada, no se mueve. Sin embargo, puede suceder que notemos
cambios en su ubicación dentro del útero, los cuales están relacionados con
crecimiento de este órgano.
Normalmente, la placenta se ubica en la cara anterior o posterior del útero, sin interferir el cuello uterino, espacio que debe quedar liberado para permitir que el bebé atraviese el canal de parto en el momento del nacimiento (parto vaginal).
Cuando la placenta se inserta en la parte baja del
útero se le llama placenta previa. Al ubicarse aquí, puede llegar a taponar por
completo el cuello del útero (lo que se conoce como placenta previa oclusiva),
constituyendo una indicación de cesárea.
Tal es la importancia de la placenta, que se define
que un parto por vía vaginal finaliza cuando la mujer la expulsa, constituyendo
esta etapa la última fase del parto, denominada alumbramiento,
en la que sigue habiendo contracciones que ayudan a su expulsión. Una vez
expulsada se deberá controlar que esté completa, para evitar complicaciones
relacionadas con la persistencia de restos placentarios en el útero materno.
La placenta es un órgano fundamental
con múltiples funciones, que favorecen la evolución favorable del embarazo. Su
control a través de las ecografías indicadas por trimestre, permiten alertar de
complicaciones y actuar tempranamente en caso de ser necesario.
Esp. En Med. Gral y de Familia
MP 32569
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