domingo, 28 de junio de 2020

Mastitis en el puerperio, una complicación frecuente y prevenible


¿Qué es una mastitis?
La mastitis es un cuadro muy frecuente durante el puerperio, que consiste en la inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria, acompañada o no de infección. Generalmente es unilateral, aunque en algunas ocasiones puede presentarse en forma bilateral.
Debido a la incomodidad y dolor que ocasionan, representan una importante causa evitable de abandono de la lactancia materna. De aquí lo primordial de reconocer sus primeros síntomas, para actuar de forma rápida y eficaz evitando su progresión.
¿Cómo evitarla?
Entre las sugerencias para evitar este cuadro, podemos mencionar:
-Ofrecer el pecho a demanda, sin limitar la duración de la toma.
-Variar las posiciones para amamantar.
-Asegurarse una correcta prendida y que las mamas se drenen por completo durante la toma.
-Si notáramos dificultad para vaciar una porción de la mama, aplica calor tibio y húmedo (por ej. paño caliente) en esa zona, solo antes de amamantar o extraer leche y masajear desde la zona afectada hacia el pezón.
- Consultar inmediatamente ante la presencia de signos sugestivos de mastitis expuestos anteriormente.
¿Cómo se manifiesta?
Los principales síntomas son la inflamación y el dolor. La mama se siente caliente, puede notarse algún área enrojecida y es frecuente palpar bultos o zonas endurecidas debido a la obstrucción de los conductos. También puede acompañarse de fiebre, escalofríos y malestar general.
Las mujeres que han padecido estos cuadros, describen haber sentido “calambres, pinchazos, quemazón”, además del dolor al amamantar.
 ¿En qué consiste su tratamiento?
Dentro de las recomendaciones para su tratamiento, se incluyen:
-Ofrecer tomas frecuentes.
-Amamantar primero del lado afectado, cuando el bebé se encuentre más hambriento y succione con más fuerza.
-Favorecer la salida de la leche retenida, posicionando la barbilla del lactante sobre la zona afectada.
-Aplicar calor local justo antes de las tomas, con masajes de la mama desde la zona bloqueada hasta el pezón, y compresas frías después para reducir el edema y el dolor.
-Asegurarse el drenaje completo del pecho, si es necesario completar con sacaleches.
-No usar corpiño apretado.
-Sostener una adecuada nutrición, hidratación y reposo.
-Antibióticos acorde a indicación médica en algunas circunstancias.
Es importante conocer que la presencia de mastitis no supone riesgo para el bebé, por lo que las tomas del pecho que está afectado no deberían suspenderse; en algunas ocasiones es el bebé quien rechaza el pecho, porque la leche puede modificar su sabor habitual por un mayor contenido en sodio y gusto salado.

Una correcta técnica de lactancia, la detección precoz de los síntomas y saber cómo actuar en forma precoz, ayudarán a evitar la progresión del cuadro y a sostener una lactancia más placentera.

D´Angelo, Eliana
Esp. En Medicina Fliar y Gral
MP 32569









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