Desde que la mujer
recibe la noticia del embarazo, uno de los momentos que más espera es aquel en
el que pueda percibir los movimientos de su bebé.
Si bien los movimientos fetales se inician
alrededor de la 6ª – 7ª semana de
gestación, la mamá no los identifica
hasta la semana 18-22, dependiendo de si han tenido otros embarazos (el útero
está más blando y receptivo) y de la contextura física (las mujeres más
delgadas suelen percibirlos más tempranamente).
Es la mamá quien tiene
el privilegio de sentirlos inicialmente
y suelen reconocerlos como el movimiento de un pez dentro de una pecera y otras
lo comparan con la sensación de tener una mariposa revoloteando, mientas que la
pareja suele demorar unas semanas más para empezar a identificarlos.
Lo que se percibe al
principio es, en realidad, el útero que se mueve a causa de los movimientos del
bebé, pero no es el niño en sí. A partir de la semana 20 se pueden empezar a
percibir unas sacudidas rítmicas, hipo, debido a que el bebé está aprendiendo a
deglutir y, a medida que crece, se identifican claramente pataditas y
estiramientos.
Si bien los movimientos
fetales no son iguales en todas las futuras mamás, son un importante indicador
del bienestar del bebé y su reducción un
síntoma de sufrimiento que puede deberse a diversas causas, asociándose
en un porcentaje de 25-30% con complicaciones perinatales.
¿Cuántos movimientos del bebé deben
sentirse?
Existen diversas formas de medir los
movimientos y no hay un consenso de cuál es el mejor método ni la mejor
definición de disminución de la actividad fetal. En ocasiones se le indica a la
mamá contar los movimientos del bebé durante un intervalo de tiempo variable y
en otras, medir el tiempo que ha necesitado para notar un número preestablecido
de estos movimientos.
Lo
importante es que la embarazada esté atenta a los movimientos habituales y a la
respuesta a los estímulos que hemos logrado
desarrollar a lo largo del embarazo, y sólo en caso de que sea una
indicación médica por una situación particular, llevar a cabo otra forma de
conteo más estricta.
A
continuación, se detallan alguna de las situaciones ante las cuales se
recomienda hacer una consulta médica:
- No percibir movimientos fetales a partir de las 24 semanas de gestación.
- Ausencia aguda de movimientos fetales mayor a 2 horas de duración en una mujer que anteriormente los percibía o en caso de que tu médico te haya indicado un recuento más específico de la cantidad de movimientos, menos de 10 movimientos en dos horas.
- Percepción
subjetiva de la embarazada de una disminución respecto al patrón habitual de
movimientos del bebé
Las
situaciones mencionadas pretenden ser usadas únicamente como guía, priorizando
siempre la percepción subjetiva de la mamá en cuanto a la reducción significativa de la actividad de su
bebé.
Siendo la etapa de los movimientos
del bebé algo tan esperando y tan placentero para la mamá y las personas de su
entorno, y también un indicador de salud, estate atenta pero siempre
disfrutando de sentir a tu hijo moviéndose en tu vientre.
Esp.
En Med. Fliar. y Gral.
MP
32569
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