jueves, 22 de diciembre de 2016

Dolor durante el trabajo de parto...el rol de la anestesia peridural

Si bien la percepción del dolor varía de una mujer a otra, la mayoría de las mujeres manifiestan experimentar un dolor severo durante el trabajo de parto. Ante ésto, es conveniente informarse acerca del dolor del parto, de las formas de aliviarlo y de los métodos disponibles en el lugar donde seremos atendidos.

El uso de la anestesia peridural ha aumentado en los últimos años. Este tipo de anestesia proporciona alivio en la parte inferior del cuerpo sin perder el tono muscular, permitiendo a la futura mamá estar consciente y más cómoda, física y mentalmente para dar a luz.

Algunas de las características de esta anestesia son:
  • Se inyecta por fuera de la duramadre, uno de los ligamentos que cubre la médula espinal, en el denominado espacio epidural (por eso a este tipo de anestesia también se la denomina epidural).
  • Empieza a hacer efecto en aproximadamente 20 minutos y funciona bien para procedimientos más largos o de duración incierta.
  • Con frecuencia, se deja una sonda (catéter) pequeña en el lugar, lo que permite la colocación de la  anestesia a medida que se necesite. A veces está la opción de la autoadministración, si bien la cantidad total se encuentra limitada para evitar sobredosificación.
  • Requiere el monitoreo de los signos vitales de la mamá y del bebé.


Dentro de sus ventajas, múltiples estudios evidencian que es muy efectiva, permitiendo a la mamá, al ser una anestesia local, estar despierta en el parto y alumbramiento y si bien una pequeña cantidad de medicación llega al recién nacido, ésto no repercute en su vitalidad al nacer (no repercute negativamente en el Puntaje de Apgar, test utilizado para evaluar la vitalidad de los recién nacidos). Además, en caso de ser necesario, puede utilizarse para una cesárea de urgencia o ligadura tubaria posparto.

Dentro de sus desventajas se mencionan el tiempo de demora en hacer efecto, que la disminución de la sensibilidad en la parte inferior del cuerpo suele asociarse a una etapa de pujo de mayor duración, debilitando el reflejo de pujo y aumentando la probabilidad de episiotomía o parto instrumentado; los dolores de cabeza posteriores y reacciones alérgicas, entre otras.

No hay una respuesta definitiva sobre si utilizar o no la anestesia peridural. Recuerda que la percepción del dolor varía de mujer a mujer y es difícil de preveer como transitarás tu trabajo de parto. El acompañamiento y las técnicas de relajación y respiración son estrategias fundamentales para aliviar el dolor que las contracciones implican. No dudes en consultar con tu médico las opciones existentes de analgesia para así poder decidir de manera informada como vivir el nacimiento de tu hijo.




D´Angelo, Eliana
Esp. Medicina Familiar y General

MP 32569


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lunes, 21 de noviembre de 2016

PARTO RESPETADO: ¿Qué es? ¿Cuáles son mis derechos como madre?

Con el fin de disminuir la mortalidad materno-neonatal, a principios del Siglo XX se comenzaron a realizar los partos en los hospitales. Pero en ese mismo acto se empezó a asociar con la idea de enfermedad y se transformó en "un acto médico". El equipo de salud pasó a ser central en la toma de decisiones y el uso de tecnologías y procedimientos se multiplicó. Las mujeres y las familias aceptaron las normas que las instituciones imponían y con ello perdieron protagonismo en el proceso de nacimiento de sus hijos. Y el parto natural se distanció mucho de algo “natural y centrando en la familia”.
Fue a partir de la declaración "El nacimiento no es una enfermedad", de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1985, cuando se inició el proceso de transformación del modelo de atención y de recuperación del papel activo de la mujer y su familia en relación al cuidado del embarazo y del recién nacido. Y tiempo después, se empezó a hablar de "parto respetado" o "parto humanizado".
Pero… ¿qué significan estos términos? Hacen referencia a una modalidad de atención del parto que tiende a generar un espacio familiar donde el nacimiento se desarrolle de la forma más natural posible, siendo la mamá y su bebé los protagonistas. Se caracteriza por el respeto a los derechos que tienen los padres y los niños en el momento del nacimiento,  en concordia con los deseos y las necesidades de la familia que está por tener un hijo, independientemente de si el parto es vía vaginal o cesárea.
Si hablamos de “respetar derechos”, es importante conocer con qué derechos cuentan las familias en el proceso de nacimiento. Los mismos se encuentran comprendidos dentro de la Ley Nacional de Parto Humanizado Nº 25.929  (sancionada en el 2004 y reglamentada por decreto 2035/2015), de aplicación tanto en el ámbito público como privado de la atención de la salud, que promueve el respeto de cada familia en sus particularidades (raza, religión, nacionalidad), considerándolas como protagonistas del nacimiento de su hijo y acompañándolas en la toma de decisiones informadas.
La Ley de Parto Humanizado (Art. 2) sostiene que toda mujer tiene los siguientes derechos en transcurso de su embarazo, trabajo de parto, parto y el postparto:
- A “ser protagonista de su propio parto”, siendo considerada como persona sana.
- A “ser informada” sobre:
* La evolución de su parto y el estado de su hijo o hija.
* Las intervenciones médicas, pudiendo optar libremente cuando existieren diferentes alternativas, siempre y cuando no comprometa la salud propia ni de su bebé. Algunos de los temas que se puede hablar con el obstetra durante el embarazo son los referentes a parto natural/inducción/cesárea, estrategias para calmar el dolor, episiotomía, forma de transitar el trabajo de parto, etc.
* Los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
* Los cuidados de sí misma y del recién nacido.
* Los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y sobre ella misma.
- A “estar acompañada, por una persona de su confianza y elección” durante el trabajo de parto, parto y postparto. Este es uno de los puntos más importantes ya que el sostén familiar juega un papel clave en el proceso de nacimiento. Hay evidencia de que la mujer que está acompañada y contenida emocionalmente padece menos dolor y requiere menos medicación durante el parto.
- Al “parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico”, evitando las prácticas invasivas y el suministro de medicación injustificado.
- A “tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento de salud”, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
- A “no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación”, salvo consentimiento manifestado por escrito.
Asimismo, esta ley establece también (Art. 3) que los recién nacidos tienen derecho a ser tratados de forma respetuosa, a su inequívoca identificación (lo cual es muy importante considerando que uno de los miedos de los papás es que confundan a su bebé con otro), a la internación conjunta con su madre en sala (otro punto importantísimo dado que se ha demostrado que el vínculo temprano madre-hijo favorece el desarrollo físico y emocional del niño) y a que sus padres reciban toda la información y asesoramiento necesarios en relación a los cuidados para su crecimiento y desarrollo.
Por último, la ley también refiere a los derechos de los padre de niños recién nacidos en situación de riesgo (Art. 4), estableciendo que tienen derecho a recibir información comprensible sobre la evolución de la salud de su hijo, a tener acceso continuo a él mientras su estado clínico lo permita, a continuar con la lactancia siempre que no incida desfavorablemente sobre su salud y a recibir asesoramiento sobre los cuidados especiales de su hijo.
Como queda en evidencia, esta ley es un logro importante en lo que al respeto de los derechos del parto se refiere, aunque parezca contradictorio hablar de “humanizar el nacimiento de un humano”.

Muchas madres no reclaman por desconocimiento; conocer nuestros derechos y los de nuestros hijos por nacer nos brinda herramientas para hacerlos valer y tener un parto más respetuoso de nuestros deseos y nuestras particularidades como familia.



Lic. Cecilia D’Angelo   
Lic. en Psicología
MP. 4933




Ministerio de Salud, Presidencia de la Nación. S/f. Parto respetado. http://www.msal.gob.ar/index.php/contacto/354-parto-respetado
Suteba. 05/10/2015. Celebramos la reglamentación del parto respetado. http://www.suteba.org.ar/celebramos-la-reglamentacin-del-parto-respetado-14338.html

Unicef. S/f. Parto humanizado - Ley nacional nº 25.929. https://www.unicef.org/argentina/spanish/ley_de_parto_humanizado.pdf
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lunes, 7 de noviembre de 2016

ACTIVIDAD FÍSICA DESPUÉS DEL PARTO: ¿Cuándo empezar? ¿Qué ejercicios hacer?

El mejor momento para empezar una rutina de ejercicios después del parto varía de una mujer a otra. Muchos obstetras sugieren esperar de cuatro a seis semanas después del nacimiento del bebé, antes de comenzar a hacer ejercicio. Aunque se puede empezar antes si uno se siente bien, siempre y cuando se haga de forma segura y adecuada.
En términos generales, la mamá que hizo ejercicio a lo largo de todo su embarazo y tuvo un parto vaginal normal, puede realizar sin problemas la actividad física que hacía unos días después de dar a luz, o al menos ejercicios livianos, tales como caminar, hacer flexiones de brazos o de pecho modificadas y practicar estiramientos. Una semana después del parto podrá hacer caminatas a un ritmo de lento a moderado. Para aquellas mamás que  no se mantuvieron activas durante el embarazo o redujeron su rutina de ejercicios a medida que avanzaban las semanas, se sugiere que comiencen a moverse de a poco y consulten al médico antes de reanudar una rutina de entrenamiento.
Posterior a  una cesárea, lo indicado es esperar de seis a ocho semanas antes de hacer ejercicio. No obstante, es aconsejable hacer caminatas a paso lento dado que ayuda a la recuperación y contribuye a prevenir complicaciones como por ejemplo coágulos de sangre. Empezar a ritmo pausado y espaciar las salidas en días alternos, con paseos de unos veinte minutos como máximo al principio es lo recomendado. Conforme se vayan fortaleciendo los músculos se podrá ir aumentando el tiempo y el ritmo. Ejercitarse mejora la circulación de las piernas y favorece una menor retención de líquidos.

Pasados los primeros cuarenta días, y antes de que se comience con la práctica de ejercicios aeróbicos más intensos o de tonificación (lo que debe hacerse de forma progresiva), hay que dedicar tiempo a fortalecer la zona pélvica. Ésto puede hacerse mediante los ejercicios de Kegel, que seguramente has practicados en el embarazo.
Como todavía es pronto para acudir al gimnasio, se puede practicar rutinas suaves de yoga o pilates en casa si se conoce la técnica, poniendo más atención en la respiración y en la adquisición de una mejor postura corporal y no tanto en trabajar abdominales o glúteos, que es mejor reservar para más adelante.
Es primordial aprender a escuchar el cuerpo y nunca obligarle a moverse más de lo que puede. Un progreso de forma gradual evita riesgos y permite conseguir, aunque en un tiempo mayor, buenos resultados.

Con paciencia y valorando los cambios que progresivamente se irán produciendo en tu cuerpo, conseguirás no solo verte mejor sino también ganar en salud y llenarte de la energía necesaria que tu nueva situación de mamá requiere.


               


Julieta Frassoni
Lic. en Kinesiología y Fisioterapia
MP 6265



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jueves, 29 de septiembre de 2016

MATERNIDAD, LA ETAPA DE TODOS LOS COLORES Cambios emocionales en el postparto

Después de nueve meses, llega ese ser tan esperado, ese ser que con ansias deseamos tener en nuestros brazos, mirar, cuidar, amar. Una etapa se cierra y una nueva comienza, la de la maternidad.
Después de nueve meses de soñar y de intentar prepararnos para ese nuevo título, el de “madre”, la realidad nos encuentra no tan listas, no tan perfectas como quisiéramos y llenas de emociones encontradas.
Con el nacimiento de nuestro hijo no sólo nos colma la alegría y la felicidad sino que también llegan un sinnúmero de “responsabilidades” y, con ello, miedo, dudas, ansiedades. Se suman las noches en vela y el agotamiento. También el sentir que el tiempo ya no nos alcanza y la sensación de que hemos perdido muchos de los espacios-tiempos propios que teníamos.  
Es que la llegada de un hijo todo lo trastoca. Se produce en la familia una “crisis vital”, una desorganización que implica la necesidad de una restructuración. Y en nuestra persona, la incorporación de un nuevo rol, el de madre, con todas las responsabilidades que ello conlleva y con todas las “emociones” que esto genera. Emociones que a veces nos hacen sentir no-entendidas, agobiadas y de las cuáles quisiéramos huir.

Pero te cuento dos secretos:
  1. A todas las mujeres les pasa esto. A unas más, a otras menos… pero a todas les sucede.
  2. Esto que sientes, ese vaivén emocional… pasa. El punto de equilibrio se vuelve a alcanzar y todo vuelve a la calma. No a la anterior, a la de antes del bebé, sino a una nueva.

¿Qué hacer mientras tanto para poder afrontar estos estados?
  • Informarse, saber que es esperable sentirte así y no agobiarse por ellos, ya que son estados pasajeros.
  • Exteriorizar los sentimientos, hablar de ellos.
  • Dedicar un momento del día para una misma, mientras otra persona se ocupa del bebé.
  • Pedir ayuda para no verse sobrecargada con las actividades diarias.
  • Hablar con otras mamás recientes, que están atravesando una situación similar. Las actividades de posparto son una buena oportunidad de reunión donde se pueden compartir emociones y resolver dudas.
 Y finalmente, consultar con un profesional si consideras que ya no estás pudiendo controlar tus estados emocionales y que éstos te sobrepasan.

No nacemos sabiendo cómo ser mamás. En ningún lado está escrito tampoco como se es una “buena madre”. A ser madre se aprende durante la misma experiencia; luego de un proceso de asimilación y  adaptación... y de atravesar emociones de todos los tipos y colores, se llega a ser la mejor madre que se puede ser.


Quizás no tan perfecta como la de los cuentos, pero más real, más sana emocionalmente y más feliz.

Cecilia D’Angelo
Lic. en Psicología

MP 4933




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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Peso después del embarazo:¿Cómo perderlo de manera saludable?

En la nota anterior, la Dra. Eliana D´Angelo nos introdujo al tema del puerperio, describiendo los primeros cambios que transcurren en esta etapa y los cuidados que la mamá debe realizar una vez que llega a su hogar.
Dando continuidad con la temática y para profundizar sobre las transformaciones que se van sucediendo en el puerperio, en esta oportunidad voy a abordar el tema de la retención de peso tras el parto que se vincula de manera directa con los hábitos alimentarios y el estilo de vida.
Preguntas tales como ¿Cuánto tiempo me llevará bajar estos kilitos que me quedaron luego del parto?...¿Cómo hacer para recuperar mi figura? …. ¿Puedo hacer una dieta restrictiva?...son entre otros, interrogantes que en general, comienzan a hacerse las mamás transcurrido el primer mes del nacimiento del bebé.
La ansiedad por recuperar de manera rápida la figura, muchas veces, lleva a tomar decisiones que pueden  tener un impacto negativo en la salud de la mamá y la práctica de lactancia materna.
La recuperación de peso tras el parto es variable y depende de diversos factores, entre los que cuentan el estado nutricional previo al embarazo,la calidad de la alimentación y  la realización de actividad física.
Sumando el peso que correspondía al bebé y la placenta, al parto o cesárea le sucede una perdida rápida de peso debido a que se pierde líquido y disminuye de tamaño el útero. Posteriormente, el descenso de peso suele ser más gradual durante los seis meses subsiguientes; se estima que en promedio las mujeres retienen un kilo de peso alrededor de los doce meses de nacido su bebé si lo comparamos con el peso previo al embarazo, y pueden llegar a una pérdida mensual de peso de entre 500 gramos y dos kilos. Es importante destacar que estos datos son un promedio, por tanto se debe respetar la individualidad, diferencias y características de cada mujer.
A la vez, es conveniente saber que las mujeres que amamantan no deben someterse a dietas restringidas en calorías ni ayunos prolongados, ya que el acto de amamantar les representa una gran demanda de energía extra.
A la hora de pensar y planificar el descenso de peso retenido post parto, se debe ser realista, respetar los tiempos de recuperación y proponer objetivos acordes al momento del puerperio en que se encuentra la mamá.

A continuación se describen 8 recomendaciones generales en lo referente a la alimentación:
  • Realizar entre cuatro y cinco comidas diarias.
  • Elegir productos con bajo contenido en grasa que aportan los mismos nutrientes pero menos grasa que sus equivalentes enteros.
  • Consumir diariamente frutas, verduras y hortalizas crudas y cocidas para cubrir las necesidades de vitaminas y minerales, fibra dietética y agua. Estos alimentos aportan volumen a la comida con un bajo contenido calórico.
  •  Incorporar alimentos ricos en calcio (lácteos descremados, almendras, semillas de sésamo, soja).
  •  Incluir a la dieta una adecuada cantidad de proteínas de buena calidad (pescado, huevos, carnes magras o legumbres).
  •  Moderar el consumo de aceite (2 cucharadas soperas al día).
  •  Beber agua (aproximadamente 2 litros/día) para lograr una adecuadamente hidratación.
  • Evitar el picoteo entre horas y el consumo de alimentos ricos en grasa y azúcares (como gaseosas o jugos con azúcar, productos de panadería, snacks, golosinas, helados de crema, etc.).


Recuperar la figura después del parto requiere tiempo y paciencia:
es preciso respetar el curso natural del periodo postparto y considerar el acompañamiento profesional para mantenerte sana.


 Maria Eugenia Eppens
Lic. en Nutrición 
MP N° 1409






miércoles, 31 de agosto de 2016

Puerperio: cambios y primeros cuidados

El puerperio, también llamado familiarmente cuarentena, es el período que transcurre después del nacimiento y constituye una etapa de grandes cambios para la mujer; dichos cambios se presentan tanto a nivel corporal, como emocional y en su entorno social-familiar.
En esta oportunidad vamos a abordar puntualmente las modificaciones corporales y funcionales que transcurren durante este período, así como también los cuidados que debe tener la mamá.
El cuerpo de la mujer transita una serie de cambios ya que los órganos que han intervenido en el embarazo y parto, inician un “camino” de regreso para llegar   hacia su estado anterior  a la gestación.
Dentro de los cambios mencionados podemos señalar la involución del tamaño del útero, la pérdida gradual de edemas, el descenso de peso en distintas medidas, etc. Si bien la duración de esta etapa es variable, se describe que los principales cambios físicos  tienen una duración de hasta 45 días posteriores al parto, mientras que los emocionales tienen una duración mucho mayor.
La primera parte del puerperio, conocido como “puerperio inmediato”, generalmente trascurre en la institución donde se llevó a cabo el nacimiento del bebé; dado que es el periodo que mayor riesgo de hemorragias acarrea, durante la internación y en el control posterior al alta, los profesionales del equipo de salud controlarán:
  • Signos vitales: temperatura, pulso y tensión arterial.  Involución uterina (el útero disminuye su tamaño a razón de 2 cm por día).
  • Loquios (es  el líquido vulvar formado por sangre y otros restos): características, cantidad y olor de los loquios. Duran 15-20 días aproximadamente, disminuyendo gradualmente de cantidad y aclarándose su color.
  • Estado de las mamas, descenso del calostro o secreción láctea y ausencia de procesos inflamatorios.

 Una vez que la mamá fue dada de alta y regresa al hogar  debe continuar con los cuidados e higiene adecuados para evitar complicaciones. Además, identificar y conocer situaciones por las cuales debería consultar al obstetra. A continuación te brindamos algunas de ellos:

Cuidados de la región genital
  •  Lavado externo con agua hervida y jabón o desinfectante 1 ó 2 veces por día, en región anoperineovulvar a chorro de jarra al tiempo que con una gasa se enjuaga la región de adelante hacia atrás.
  • Secar sin fricción y colocar apósito estéril.


Cuidados de cicatriz por cesárea
  •   Descubrir diariamente la herida, previa higiene de manos.
  •   Realizar cura plana con gasas estériles embebidas en alcohol u otro antiséptico     recomendado.
  •   Observar signos de alarma como: dolor, rubor, tumefacción o secreción. Si aparece alguno de estos signos luego del alta a las 72 horas del post operatorio,   consultar al centro de salud más cercano al domicilio.
  •   Cubrir nuevamente la herida con gasa estéril y seca, y sostener con cinta adhesiva, hasta el día siguiente.
  •         Antibióticos, en caso de ser necesarios y prescriptos por el médico
  •         Analgésicos

El puerperio es un tiempo de recuperación, requiere de algunos cuidados y vigilancia tanto de la propia mamá, como de la pareja o familiares que puedan acompañar durante esta etapa.




La adecuada higiene, el descanso, la recreación y una alimentación completa y equilibrada son primordiales para poder transitar la adaptación 
de la mejor manera posible.  


Eliana D’Angelo
Medica MP 32569
Esp. en Medicina Familiar y General


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viernes, 5 de agosto de 2016

POSTURAS Y POSICIONES PARA AMAMANTAR

Cuando se habla de lactancia materna dos palabras se suelen mencionar: “postura” y  “posición”. Pero… ¿se trata de dos vocablos sinónimos?
Mientras que “postura” hace referencia a  la forma en que se coloca la madre para dar el pecho, “posición” implica la forma en que es colocado el bebé durante el amamantamiento.
Lo esperable con un recién nacido es que la mamá pase muchas horas al día amamantando, por lo tanto buscar estar cómoda es una premisa para prevenir el dolor de espalda y evitar la percepción de que las  tomas se hacen interminables. Es buena idea tener preparado un espacio confortable para amamantar, puede ser un sillón que disponga de almohadones para poder apoyar los brazos mientras se sujeta al bebé o apoyar al bebé si ocasionalmente se necesita una mano libre. Un reposapiés, para elevar levemente las piernas, ayuda a lograr una adecuada postura.
También es recomendable el prever tener a mano todo aquello que se pueda necesitar mientras se amamanta (pañuelos, teléfono, mando a distancia, libro, vaso de agua, etc.).
La postura más habitual es amamantar sentada o estirada con el bebé frente a la madre, pero existen  muchas otras  maneras de amamantar.

POSICIÓN DE CUNA: Es la más habitual. No es una postura muy recomendada para las mamás a las que se les realizó una cesárea, ya que el bebé puede ejercer demasiada presión sobre la zona del abdomen en esta posición.
En caso de sentir dolor en el pezón, observar si el bebé se ha deslizado hacia abajo y las rodillas están dando hacia arriba, en vez de estar metidas cerca de tu costado.

§ La mamá se sienta en una silla cómoda con apoyabrazos o una cama con almohadas.
§ Sostiene al bebé en su regazo acostado de lado, de manera que su cara, estómago y rodillas queden frente a frente.
§ La mamá coloca el brazo inferior del bebé debajo del tuyo.
§ Si está amamantando en el pecho derecho, sostener la cabeza del bebé en la curva del brazo derecho. Usar el brazo y la mano para apoyar el cuello, la espalda y las nalgas del bebé.
§ Mantener las rodillas del bebé pegadas contra el cuerpo de la     mamá.
  

POSICIÓN DE RUGBY: Esta es la posición recomendada para las mujeres a las que se les ha practicado cesárea. También es adecuada para los bebés que tienen problemas para prenderse a la mama, ya que permite a la mamá  guiar la cabeza del bebé. A las mujeres con senos grandes o pezones planos también les resulta favorable esta posición.  A la vez, resulta  muy útil para drenar los conductos que se encuentran en la cara externa de los pechos.


§  Acunar la parte posterior de la cabeza del bebé en la mano materna para que su nariz quede apuntando hacia el pezón.
§  Los pies y las piernas del bebé quedarán apuntando hacia atrás.
§  Usar la otra mano para sostener la mama.
§  Guíar al bebé hasta el pezón.


Tanto la posición de “cuna” como la “de rugby” funcionan perfectamente bien si la madre, en vez de estar sentada, está colocada en postura semi-reclinada.

POSICIÓN DE CABALLITO: A pesar de ser una posición menos frecuente, puede ser muy útil con bebés con dificultades para fijar el pecho.


§  El bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.

§  En esta posición conviene que, al introducir el pecho en la boca del bebé, el pezón apunte “hacia arriba” en dirección a su paladar, de forma que una buena porción de pecho descanse sobre el labio inferior facilitando el agarre. 




 POSICIÓN ACOSTADA DE LADO EN PARALELO: esta posición facilita el descanso de la mamá y resulta muy práctica para amamantar por las noches. También sirve si todavía se sienten molestias tras el parto, sobre todo si ha sido sometida a una episiotomía o cesárea.

§  La mamá se acuesta  de lado con el bebé muy cerca y con la cara a nivel del pecho.

§  Colocar  una almohada detrás de la espalda del bebé para evitar que ruede hacia atrás


Todas estas posiciones son propias de bebés con una autonomía de movimientos todavía muy limitada. Los bebés más mayorcitos pueden mamar cómodamente en las posiciones más inverosímiles.
Lo importante es saber que no existe una única postura o posición correcta apta para todos los binomios madre / hijo, sino que cada binomio tendrá que buscar las posturas y posiciones que mejor se adapten a sus mutuas preferencias y también a las características físicas de ambos.

Una buena postura de amamantamiento evita complicaciones
como grietas en los pezones o mastitis.
Si sientes dolor, revisa tu postura y la posición de tu bebé!
Julieta Frassoni  
Lic. en Kinesiología y Fisioterapia
MP 6265




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