Alrededor del octavo mes
el bebé comienza a darse cuenta de que eso que tanto ama, su “mamá”, no es
parte de sí mismo sino que es independiente, que puede irse, puede no estar y
entonces… puede no volver.
La ansiedad que se
genera frente a esta situación se denomina “angustia
del octavo mes” y se considera la primera manifestación de angustia
propiamente dicha. Si bien pueden manifestarse signos previamente, alcanza su máximo alrededor de los ocho meses, para luego
declinar gradualmente. Implica que el vínculo de apego con la mamá se ha
establecido y que su posible ausencia y/o la presencia de extraños conlleva un
sentimiento de inseguridad en el pequeño. Fue el psicólogo René Spitz (1965)
quien describió este fenómeno que se considera parte del desarrollo psicológico
normal del infante.
En esta etapa es posible observar en los bebés:
En esta etapa es posible observar en los bebés:
- Llantos
- Angustia
- Rechazo a la persona desconocida (o incluso en ocasiones también a personas conocidas)
- Intento de aferrarse a la madre.
- También pueden presentarse despertares nocturnos acompañados de llantos.
Tips para que puedas atravesar mejor esta etapa:
- No obligues a tu bebé a ir con alguien que no conoce, respeta los tiempos de su propio desarrollo psíquico.
- Juega con tu bebé al escondite, tapando tu rostro con tus manos o con algún objeto y luego destápalo, mientras le dices “mamá no está –acá está mamá”, evidenciando como mamá aparece y desaparece; repite el juego, pero está vez que sea tu bebé quien se esconda.
- También puedes jugar a ocultar - mostrar objetos (por ejemplo, algún juguete pequeño debajo de vasos de tergopol). Este tipo de juego, al igual que el anterior, son de gran ayuda en esta etapa ya que acompaña al bebé en el desarrollo de la noción de “reversibilidad”.
- Si tienes que ausentarte, explícale que te tienes que ir y que volverás más tarde; despídete con un beso. Sin alargar el momento, pero no te vayas a escondidas; puede que llore cuando te vayas pero lo angustiará más darse cuenta más tarde que tú ya no estás (si te has ido sin que él lo note). Así evitarás que se sienta abandonado y aumente su ansiedad.
- Puedes ofrecerle algún juguete u objeto (una mantita o un osito, por ejemplo) como sustituto de tu persona mientras tú no estás. Es lo que se llama “objeto transicional”.
- Si se despierta durante la noche, intenta calmarlo como lo harías durante el día, conteniéndolo y brindándole seguridad.
Recuerda, la angustia del octavo mes constituye una etapa normal
del desarrollo psicológico del niño y evidencia que tu bebé está creciendo.
Lic. en Psicología
MP 4933
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