lunes, 24 de junio de 2019

Síntomas de embarazo en futuros papás: Síndrome de Couvade



Al enterarse de la noticia de que se convertirán en papás, muchos hombres experimentan uno o varios de los síntomas típicos que transitan las mujeres durante el embarazo. Lo curioso es que dichas sensaciones han sido descriptas principalmente en padres primerizos y se las conoce con el nombre de Síndrome de Couvade,  término derivado del vocablo francés “couver”, que significa incubar o criar.
No se trata de un trastorno psicológico, tampoco tiene un origen físico aparente y los síntomas que sufren estos hombres son involuntarios. Aún no se arriba a conclusiones certeras respecto a las causas de dicho síndrome y a pesar que las investigaciones al respecto no son numerosas se lo ha intentado explicar a partir de distintas teorías psicológicas. Una de ellas apunta a un exceso de empatía con la pareja embarazada y los cambios orgánicos que esta empatía en demasía provoca.
Estos hombres generalmente comienzan a evidenciar cambios durante el primer trimestre de embarazo y los mismos concluyen con el nacimiento de su hijo.

¿Cuáles son los síntomas más habituales?
·         Aversión a comidas o aromas específicos.
·         Nauseas  y/o vómitos, generalmente matutinos.
·         Cambios bruscos del peso corporal, ya sea ganancia de peso o pérdida del mismo.
·         Cambios en el humor, irritabilidad, mayor sensibilidad emocional.
·         Malestares intestinales como diarrea, dolores estomacales.
·         Molestias o dolores similares a los de las contracciones.

Al no tratarse de una enfermedad, tampoco existe un tratamiento concreto que se pueda indicar para estos futuros papás. Facilitar la expresión de sus emociones, de lo que están sintiendo en esta etapa que están transitando, puede ayudar a aliviar los síntomas. Por otro lado, en lo que respecta a la “alimentación”, hay una serie de recomendaciones que pueden ser de utilidad:
- Mantener el tamaño de las porciones que se consumían antes del embarazo de tu pareja.
- Elegir alimentos naturales y con ellos elaborar preparaciones caseras.
- Consumir sólo de manera ocasional snacks, fiambres, golosinas, productos de panificación, etc. por su elevado contenido de sal, azúcar y grasas poco saludables.
- Moderar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Mantenerse activo realizando actividad física programada o incorporar caminatas/bici.



A pesar de que la presencia del Síndrome de Couvade no representa ningún tipo de peligro importante para la salud del futuro papá, puede ser molesto convivir con estos síntomas. Una consulta oportuna con un psicólogo perinatal  y un nutricionista puede ayudar a transitar la etapa del embarazo de forma más llevadera.
 
Ma Eugenia Eppens
Lic. en Nutrición
MP 1409



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lunes, 3 de junio de 2019

Estrés en el embarazo: ¿cómo puede afectar a mi salud y la de mi bebé?


El embarazo es una etapa de la vida de la mujer que si bien conlleva alegría y felicidad también implica preocupaciones asociadas con la salud del bebé y propia, el trabajo de parto, el momento del parto y los cambios que implicarán en el posparto la llegada del bebé. Además, en ocasiones ocurren también situaciones no esperadas como la enfermedad o fallecimiento de un familiar, problemas laborales, económicos o de pareja, una mudanza, soledad, etc. lo cual puede llevar a vivir esta etapa tan especial con un alto grado de estrés.
Pero… ¿qué es el estrés? Es la respuesta de un organismo a condiciones externas que se presentan como amenazantes y perturban su equilibrio, desencadenando reacciones fisiológicas y/o psicológicas. En pequeñas dosis el estrés puede ser positivo; pero cuando es de un alto grado de intensidad o crónico, puede dañar la salud.
En la actualidad se sabe que lo que se considera estresante varía de un individuo a otro, lo cual depende de su historia personal, sus recursos de afrontamiento, su red de apoyo, etc. Sin embargo, hay ciertas situaciones, como las mencionadas con anterioridad,  que se consideran como factores de estrés durante el embarazo.
En situaciones de estrés crónico, el organismo reacciona segregando altas concentraciones de hormonas, entre ellas las catecolaminas y el cortisol, las cuales pueden afectar la salud tanto de la embarazada como del bebé en gestación.
Entre los efectos del estrés en el embarazo se observan abortos espontáneos, alteraciones congénitas [1], complicaciones obstétricas, partos prematuros, bajo peso del recién nacido, alteraciones en el sistema inmune, hipertensión gestacional, depresión posparto y efectos en el desarrollo psicomotor, cognitivo, conductual, emocional y social del niño [2].

En síntesis, el estrés en el embarazo puede llevar a situaciones en las cuales se pone en juego la salud física y mental presente y futura tanto de la mujer embaraza como del niño en gestación. Para no llegar a este punto, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
#Pedir ayuda y delegar tareas.
#Realizar una preparación para el parto: son espacios donde podemos despejar nuestras inquietudes, encontrar contención y ser acompañadas desde la prevención y promoción de salud por profesionales idóneos.
#Cuidar de nuestra salud física: descansar, alimentarse bien y realizar actividad física.
#Cuidar de nuestra salud mental: compartir lo que nos preocupa con nuestra pareja, familiares o personas allegadas; practicar meditación, relajación, visualizaciones positivas, las respiraciones aprendidas en la preparación prenatal; realizar una consulta con un psicólogo perinatal en caso de considerarlo necesario.

El embarazo es una etapa vulnerable en la mujer, en la cual diversas situaciones pueden ser estresantes y repercutir negativamente y a largo plazo tanto en la salud de la futura mamá como del niño. Es importante aprender a cuidarse, evitando dichas situaciones estresantes y pidiendo ayuda a un profesional idóneo en caso de ser necesario. La “Psicología Perinatal” tiene amplio campo de intervención en post de la prevención y promoción de salud mental materna y del niño en gestación.




Cecilia D’Angelo
Lic. en Psicología
M.P.4933






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[1] Mujeres que sufren acontecimientos vitales estresantes graves durante el primer trimestre del embarazo tienen un riesgo hasta ocho veces mayor de que sus hijos presenten alteraciones congénitas por una alteración del desarrollo de la cresta neural, como por ejemplo el labio leporino (Olza Fernández, I. s/f).
[2] Acontecimientos vitales estresantes graves en la segunda mitad del embarazo están asociados a cambios persistentes en el sistema de adaptación al estrés del niño, que lo harían más vulnerable e incrementarían considerablemente el riesgo de que padezca trastornos de conducta, emocionales o de hiperactividad durante la infancia y adolescencia (Olza Fernández, I. s/f).