El embarazo es una etapa de la vida de la mujer que si bien
conlleva alegría y felicidad también implica preocupaciones asociadas con la
salud del bebé y propia, el trabajo de parto, el momento del parto y los
cambios que implicarán en el posparto la llegada del bebé. Además, en
ocasiones ocurren también situaciones no esperadas como la enfermedad o
fallecimiento de un familiar, problemas laborales, económicos o de pareja, una
mudanza, soledad, etc. lo cual puede llevar a vivir esta etapa tan especial con
un alto grado de estrés.
Pero… ¿qué es el estrés? Es la respuesta de un organismo a condiciones
externas que se presentan como amenazantes y perturban su equilibrio,
desencadenando reacciones fisiológicas y/o psicológicas. En pequeñas dosis el
estrés puede ser positivo; pero cuando es de un alto grado de intensidad o crónico, puede dañar la salud.
En
la actualidad se sabe que lo que se considera estresante varía de un individuo
a otro, lo cual depende de su historia personal, sus recursos de afrontamiento,
su red de apoyo, etc. Sin embargo, hay ciertas situaciones, como las
mencionadas con anterioridad, que se
consideran como factores de estrés
durante el embarazo.
En situaciones de estrés crónico, el organismo reacciona segregando altas concentraciones de hormonas, entre ellas las catecolaminas y el cortisol, las cuales pueden afectar la salud tanto de la embarazada como del bebé en gestación.
Entre los efectos del estrés en el embarazo se observan abortos espontáneos, alteraciones congénitas [1], complicaciones obstétricas, partos prematuros, bajo peso del recién nacido, alteraciones en el sistema inmune, hipertensión gestacional, depresión posparto y efectos en el desarrollo psicomotor, cognitivo, conductual, emocional y social del niño [2].
En situaciones de estrés crónico, el organismo reacciona segregando altas concentraciones de hormonas, entre ellas las catecolaminas y el cortisol, las cuales pueden afectar la salud tanto de la embarazada como del bebé en gestación.
Entre los efectos del estrés en el embarazo se observan abortos espontáneos, alteraciones congénitas [1], complicaciones obstétricas, partos prematuros, bajo peso del recién nacido, alteraciones en el sistema inmune, hipertensión gestacional, depresión posparto y efectos en el desarrollo psicomotor, cognitivo, conductual, emocional y social del niño [2].
En
síntesis, el estrés en el embarazo puede llevar a situaciones en las cuales se
pone en juego la salud física y mental presente y futura tanto de la mujer
embaraza como del niño en gestación. Para no llegar a este punto, es importante
tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
#Pedir ayuda y delegar tareas.
#Realizar una preparación para el parto: son espacios donde podemos despejar nuestras inquietudes, encontrar contención y ser acompañadas desde la prevención y promoción de salud por profesionales idóneos.
#Cuidar de nuestra salud física: descansar, alimentarse bien y realizar actividad física.
#Cuidar de nuestra salud mental: compartir lo que nos preocupa con nuestra pareja, familiares o personas allegadas; practicar meditación, relajación, visualizaciones positivas, las respiraciones aprendidas en la preparación prenatal; realizar una consulta con un psicólogo perinatal en caso de considerarlo necesario.
#Realizar una preparación para el parto: son espacios donde podemos despejar nuestras inquietudes, encontrar contención y ser acompañadas desde la prevención y promoción de salud por profesionales idóneos.
#Cuidar de nuestra salud física: descansar, alimentarse bien y realizar actividad física.
#Cuidar de nuestra salud mental: compartir lo que nos preocupa con nuestra pareja, familiares o personas allegadas; practicar meditación, relajación, visualizaciones positivas, las respiraciones aprendidas en la preparación prenatal; realizar una consulta con un psicólogo perinatal en caso de considerarlo necesario.
El embarazo es una etapa
vulnerable en la mujer, en la cual diversas situaciones pueden ser estresantes
y repercutir negativamente y a largo plazo tanto en la salud de la futura mamá
como del niño. Es importante aprender a cuidarse, evitando dichas situaciones estresantes
y pidiendo ayuda a un profesional idóneo en caso de ser necesario. La “Psicología
Perinatal” tiene amplio campo de intervención en post de la prevención y
promoción de salud mental materna y del niño en gestación.

Cecilia D’Angelo
Lic. en Psicología
M.P.4933
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[1] Mujeres que sufren acontecimientos vitales estresantes graves
durante el primer trimestre del
embarazo
tienen un riesgo hasta ocho veces mayor de que sus hijos presenten alteraciones
congénitas por una alteración del desarrollo de la cresta neural, como por
ejemplo el labio leporino (Olza Fernández, I. s/f).
[2] Acontecimientos vitales estresantes
graves en la segunda mitad del embarazo están asociados a cambios persistentes
en el sistema de adaptación al estrés del niño, que lo harían más vulnerable e
incrementarían considerablemente el riesgo de que padezca trastornos de
conducta, emocionales o de hiperactividad durante la infancia y adolescencia (Olza
Fernández, I. s/f).
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