viernes, 12 de febrero de 2021

Inducción al trabajo de parto: métodos e indicaciones

 

En algunas ocasiones nos sucede que, llegando a la etapa final del embarazo, nuestro médico nos recomienda “inducir” el trabajo de parto, situación que nos suele provocar miedos, inseguridad e inquietudes sobre su causa, los métodos a utilizar, los riesgos que puede implicar…

La inducción al parto es una intervención para iniciar artificialmente las contracciones uterinas con la finalidad de producir el borramiento y la dilatación del cuello uterino y terminar en el nacimiento.

Como cualquier intervención médica puede tener efectos indeseables, por eso es importante que se realice bajo indicaciones precisas, considerando el momento y el método a utilizar, y siempre que la vía vaginal sea la más apropiada para el nacimiento.

¿Cuáles son sus indicaciones?

Existen muchas indicaciones de inducción, entre ellas se mencionan:

-Probable retardo de crecimiento intrauterino, que compromete el bienestar del bebé.

-Rotura prematura de membranas a término: reduce el tiempo que transcurre hasta el nacimiento, además que puede disminuir el riesgo de infecciones asociadas.

-Embarazo prolongado: se indica entre las 41 y 42 semana, recomendándose que sea un proceso de toma de decisiones compartidas con la embarazada y su pareja.

-Otras complicaciones del embarazo como colestasis intrahepática, corioamnionitis, hipertensión y preeclampsia, diabetes materna: siempre acorde a la gravedad del caso.

-Bebé fallecido: en esta circunstancia tan dolorosa, se le debe ofrecer a las embarazadas tanto la opción de inducción como el manejo expectante o la posibilidad de cesárea.  

¿Cuándo NO inducir?

En general, las contraindicaciones para la inducción del parto son las mismas que para el parto espontáneo y el parto vaginal, entre ellas se encuentran:

- Desproporción pélvico fetal

-Gestación múltiple, dependiendo de la presentación de ambos bebés

- Cesárea anterior

 - Placenta previa oclusiva total

- Insuficiencia placentaria severa

- Situación transversa

- Ausencia de indicación materna o fetal

- Conveniencia del médico.

¿Qué métodos existen actualmente para realizar una inducción del parto?

Actualmente existen varios métodos disponibles, la elección de cuál es el adecuado depende principalmente de la condición del cuello uterino al momento del examen obstétrico, de los antecedentes y signos vitales de la embarazada, del bebé y de la dinámica de contracciones que presente.

-Prostaglandinas: ayudan a que el cuello uterino se reblandezca y distienda, además de que estimulan la contractilidad uterina. Actualmente, se utilizan dos tipos de prostaglandinas, el misoprostol, que puede aplicarse vaginal o por vía oral y la dinoprostona (en nuestro país, existe un dispositivo vaginal), que es el   método de elección en pacientes con alto riesgo de hiperestimulación uterina.

-Oxitocina genera contracciones uterinas regulares. Su forma de administración es endovenosa, con un inicio de acción inmediato.  

-Métodos mecánicos (sonda Foley): resultan poco prácticos, pueden provocar riesgo de sangrado y rotura accidental de la bolsa.

-Rotura artificial de membranas o amniotomía:  poco usada, se requiere una dilatación de 4 cm o más. Una vez provocada la ruptura de la bolsa, hay que aguardar el inicio espontáneo de las contracciones uterinas o esperar al menos entre 2 a 4 horas para iniciar oxitocina.


La inducción del trabajo de parto tiene indicaciones y limitaciones bien establecidas, pero debe evaluarse siempre los riesgos y beneficios de su práctica. Cada método de inducción tiene ventajas y desventajas, no hay uno superior a otro, debiendo realizarse su elección acorde a la situación clínica de la embarazada y el bebé.

 






Eliana D'Angelo, 
Esp. En Medicina Fliar y Gral

MP 3256




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