El uso de estos elementos es una costumbre que se ha
instalado cada vez más en nuestra sociedad, ya que por lo general se piensa que
su empleo hace que el niño logre libertad de movimiento, lo cual lo pone
contento, lo divierte y le permite explorar e investigar convirtiéndose de esta
forma en una gran experiencia. Asimismo se los asocia con un mayor “desgaste de
energía”, favoreciendo el descanso por un lapso mayor de tiempo. Pero siempre
hay que tener en cuenta que, como todos los juguetes, deben ser seguros y
adaptados a la edad del niño, siendo necesario tener ciertas precauciones a la
hora de usarlos para que no resulten perjudiciales.
Es importante conocer que numerosos organismos
internacionales, como UNICEF, la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad
Argentina de Pediatría, no recomiendan el uso de estos elementos, ya que está
demostrado que pueden afectar el desarrollo del bebé cuando se usa en edades
muy tempranas o por mucho tiempo y su empleo se asocia con frecuencia a
accidentes domésticos. La bibliografía sostiene que hacer uso desde una etapa
muy temprana o sobreuso de estos elementos podría afectar el crecimiento del
niño, ya que el mismo no cuenta con la madurez necesaria como para controlar
sus propios movimientos corporales. Además, la forma de sujeción que tienen
estos aparatos favorece el movimiento hacia adelante y no hacia arriba,
predisponiendo de esta forma a desarrollar problemas relacionados con la
postura, el control de las piernas y una caminata en puntas de pies.
Si decidieras utilizarlos, te sugerimos tener en cuenta las siguientes
recomendaciones:
- Debería ser cuando el desarrollo del niño le permita mantenerse parado y controlar su cuello y tronco.
- En lapsos no mayores de 20 minutos al día y hacerlo siempre con supervisión de un adulto.
- Los niños deben estar bien asegurados y no deben ser usados en suelos resbalosos o desparejos, cerca de elementos que puedan tumbarse, ni cercanos a escaleras o cocina, controlando que no haya productos tóxicos al alcance de sus manos.
Recuerda que no todos los niños son iguales en sus habilidades y capacidades, cada uno progresa en su desarrollo a su propio ritmo y el uso de estos juguetes no sustituye el ejercicio y los beneficios de permitir al bebé gatear y jugar en el suelo.
Julieta Frassoni
Lic. en Kinesiología y Fisioterapia
MP 6265
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