Luego de haber dado a luz, muchas mujeres sienten
melancolía o tristeza, asociada a crisis de llanto, pérdida de apetito,
alteraciones del sueño y ansiedad, entre otros síntomas. Estos no suelen ser
graves ni necesitar tratamiento y tienden a desaparecer por sí solos pocos días
después.
Sin embargo, si los síntomas duran más tiempo y/o
son más intensos, o se presentan entre
el primer mes y el primer año luego del nacimiento del bebé, podríamos estar
frente a una depresión postparto, un trastorno psicológico que se presenta
principalmente en las mamás, pero que puede manifestarse también en los papás, y
que aparece en general dentro de los tres primeros meses de nacido el bebé.
Se
desconoce su causa pero las investigaciones y los profesionales sugieren que
los cambios hormonales luego del parto, así como el estrés que implica el
cuidar a un bebé recién nacido son factores asociados a la depresión postparto.
Las transformaciones en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto, los cambios
en las relaciones laborales y sociales, la disminución del tiempo y libertad
para dedicar a cuestiones personales, el agotamiento por falta de sueño y las preocupaciones
acerca de la capacidad para ser una buena mamá, son otros de los factores
relacionados.
También es importante tener en cuenta que ciertas situaciones
predisponen al desarrollo de una depresión postparto, entre las cuales se
encuentran el haber sufrido una depresión con anterioridad, que el embarazo no
haya sido planificado, vivir un acontecimiento estresante durante el embarazo o
el parto, tener poco apoyo de la pareja, familia y/o amigos, etc.
Junto con un estado anímico triste o deprimido, la
mamá puede presentar algunos de los siguientes síntomas: alteraciones en el apetito y el sueño, sentimiento de
inutilidad y/o culpa, ausencia de interés o placer en la mayoría de las
actividades, sentirse retraída o desconectada, pérdida de energía y
concentración, dificultades para realizar las tareas del hogar y/o del trabajo,
ansiedad, agitación e irritabilidad, pensamientos de muerte.
Una mamá con estos síntomas puede preocuparse
intensamente por el bebé o tener poco interés en él, sentir miedo de quedarse
sola con el bebé, tener sentimientos negativos hacia el bebé o incluso pensar
en hacerle daño (estos sentimientos casi nunca llegan al acto, sin embargo es
importante contarle al médico acerca de los mismos); pudiendo llegar a ser
incapaz de cuidar de sí misma o de su bebé y requiriendo ayuda inmediata.
La depresión postparto es un trastorno psicológico
que se presenta en alrededor del 10% al 15% de las mujeres luego del parto y
que con un adecuado tratamiento, generalmente combinando terapia psicológica y
antidepresivos, incluso en dosis bajas para no interferir con la lactancia
materna, pueden visualizarse mejoras en el paciente, reduciéndose o hasta
eliminándose los síntomas de manera efectiva. Sin embargo, sin tratamiento la
depresión posparto puede durar meses o años, llevando a complicaciones y
pudiendo poner en riesgo la vida de la madre o del bebé. Razón por demás
importante como para pedir ayuda a tiempo.
¿Qué señales tener presente para
contactar a un profesional?
·
Los síntomas de
depresión comienzan después del parto, incluso meses más tarde.
·
La tristeza
posparto se extiende más de 10 días.
·
Los síntomas de
depresión se vuelven más intensos.
·
Existen inconvenientes
para realizar las tareas cotidianas del hogar y/o del trabajo.
·
Se observan
dificultades para el autocuidado y el del bebé.
·
Se presentan
pensamientos acerca de hacerse daño a una misma o al bebé.
Buscar ayuda inmediatamente es la
mejor alternativa en estas situaciones. Vivir la maternidad plenamente es
posible luego de un adecuado tratamiento para la depresión postparto.
Lic. en Psicología
M.P. 4933
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