Los bebés arcoíris son aquellos que nacen después de la pérdida de un hijo anterior en el periodo gestacional o perinatal (llamados bebés estrellas). El término refiere a la luz y la calma después de una tormenta, a la alegría sentida luego del dolor que conllevo la pérdida.
Cuando un embarazo se detiene o cuando muere un bebé en el parto o en el periodo posnatal, la mujer se encuentra de pronto atravesada por la tristeza, la angustia y un sinfín de preguntas: ¿por qué a mí/nosotros? ¿Podría haber hecho algo para que esto no sucediera?... y comienza una etapa de duelo que es necesario transitar. El tiempo y los recursos con los que cuente la ayudarán a afrontar esta situación, a sanar y en algún momento, a tener el deseo de buscar un nuevo embarazo. Es entonces cuando llega un bebé arcoíris.
Cuando un embarazo se detiene o cuando muere un bebé en el parto o en el periodo posnatal, la mujer se encuentra de pronto atravesada por la tristeza, la angustia y un sinfín de preguntas: ¿por qué a mí/nosotros? ¿Podría haber hecho algo para que esto no sucediera?... y comienza una etapa de duelo que es necesario transitar. El tiempo y los recursos con los que cuente la ayudarán a afrontar esta situación, a sanar y en algún momento, a tener el deseo de buscar un nuevo embarazo. Es entonces cuando llega un bebé arcoíris.
En cuanto al "tiempo", se recomienda dejar pasar al
menos seis meses antes de un nuevo embarazo para disminuir el riesgo de un
duelo patológico y de dificultades psicológicas en el embarazo y posparto.
Además, esto posibilitará que el nuevo hijo pueda venir sin cargas ni
expectativas relacionadas con su hermano, porque de hecho nunca va a reemplazar
al hijo anterior ni va a llenar el vacío que él dejo.
Si bien se aconseja
esperar al menos seis meses antes de volver a quedarse embarazada, este tiempo
dependerá de los "recursos" con que
cuente la persona para afrontar la pérdida, de su salud psicofísica y del apoyo
de su entorno (pareja, familia, equipo de salud, etc.).
El nuevo embarazo suele vivirse con temor a que la historia se repita, dificultades en la vinculación con el bebé en camino, así como con culpa por no disfrutar plenamente de lo que tanto se deseó. También suele manifestarse temor al momento del parto, a que algo le suceda al hijo en esa instancia. Afrontar estas emociones puede ser difícil tanto para la embarazada como para la pareja, siendo el apoyo familiar y profesional muchas veces fundamental.
Y después de 9 meses…
el tan esperado bebé nace trayendo paz, alegría, amor. La tormenta pasó y lo
que tanto se añoró llegó: ese bebé arcoíris que llena de luz y color el hogar
familiar.
Una consulta oportuna con un
especialista en psicología perinatal luego de una pérdida gestacional o
perinatal así como durante el posterior embarazo puede ayudarte a elaborar el
duelo por la pérdida, transitar las emociones que el nuevo embarazo conlleva y
facilitar la vinculación con el bebé.
Lic.
en Psicología
M.P.4933
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