Desde su nacimiento, los bebés disponen de diferentes formas para comunicarse: a través del llanto, gestos, etc. trasmiten sus necesidades como el hambre o el sueño y también sus estados emocionales como por ejemplo el miedo. Conocer sobre el desarrollo del lenguaje de nuestro bebé es importante para poder acompañarlo y estimularlo.
Dentro de esta etapa
encontramos el balbuceo: la emisión de sonidos parecidos al lenguaje pero sin
significado, que se inicia a los 2 o 3 meses de edad y continúa hasta
aproximadamente el año de vida. Al comienzo, los bebés repiten el mismo sonido
vocal una y otra vez, cambiando el tono de alto a bajo
(E-e-E-e-EEEEE-eeee-EEEE). Después de los 5 meses, estos sonidos se expanden
reflejando el aumento de las consonantes (pa-pa-pa-pa-pa). Progresando el
balbuceo de sonidos simples a complejos hasta que, a la edad de 6 meses,
refleja los sonidos del lenguaje a los que el niño está expuesto.
La repetición de los sonidos que realiza el bebé por parte del adulto, posibilita que se sostenga una comunicación prelingüística. Estimula que se simule el acto de dar y recibir en la comunicación, enseña al bebé acerca de la toma de turnos y la comunicación de ida y vuelta.
Las habilidades
prelingüísticas mencionadas son suplantadas cuando los gestos abren el paso a
una nueva habilidad comunicativa: la producción de una palabra real;
iniciándose aquí la etapa de la comunicación
lingüística. Por lo general, los
bebés pronuncian sus primeras palabras entre los 10 y los 14 meses. Su
vocabulario se incrementa rápidamente, llegando a los 15 meses a pronunciar 10
palabras aproximadamente.
● Ponte frente a tu bebé, cara a cara, cada vez que se puedas.
Recuerda que lenguaje es tanto verbal como no verbal y que atraviesa diferentes
etapas en su desarrollo.
● Imita los sonidos que el bebé o el niño hace. Ya sea los sonidos de
su balbuceo o, si es mayor, los que pueda hacer al jugar por ejemplo mientras
empuja un autito (roooommmm).
● Introduce sonidos nuevos. Por ejemplo, si el bebé dice ma-ma-ma
puedes responderle ta-ta-ta.
●Cambia también el tono, la intensidad y la velocidad al hablar con
tu bebé. Esto atraerá su atención.
● Realiza actividades cotidianas con el niño y ve comentándole qué
están haciendo, con qué, por qué.
● Refuerza positivamente su comunicación, ya sea con una sonrisa o
diciéndole ¡muy bien!
El lenguaje constituye la base para la comunicación. Está vinculado con la forma en la que las personas pensamos y comprendemos el mundo. Por ello, es importante acompañar y estimular el desarrollo del lenguaje de nuestros niños.
Lic. en Psicóloga
MP 4933
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